Secuencia de parto
En esta escultura muestro la secuencia del nacimiento de un bebe. Así, en tres pasos que sugieren la dinámica del movimiento, la cabeza del niño irrumpe rompiendo la membrana de la matriz que lo contiene, en un silencioso desgarro. Aquí la única referencia a la madre la constituye el útero/crisálida. El protagonismo lo tiene el bebe naciente.
Siempre he sentido que el quehacer de la escultura tiene mucho que ver con la maternidad, o mejor dicho, con el alumbramiento. Porque a semejanza de este último, la labor escultórica trae al mundo, alumbra, objetos; creaturas.
La lana de color rojo cayendo desordenada, simboliza el derrame de sangre, la placenta, y asimismo recuerda por su textura y color a las vísceras. La elección de la lana como material constituye un guiño a la obra que la precedió, (“Tejiendo al hijo”), ya que ambas forman parte de mi serie “Tejedoras”. Al hablar de tejidos y tramas, estoy hablando asimismo de un tema que me interesa profundamente: el proceso, la metamorfosis de un ser. En ese sentido, abordo el nacimiento como un pasaje, un proceso. Y sugiero un paralelo con la metamorfosis que sufren algunos animales, por ejemplo, las orugas y mariposas, para llegar a la fase del insecto adulto o imago.
Durante este proceso biológico de latencia y transición, la oruga se repliega en el interior de una cápsula protectora conocida como crisálida. Dentro de la crisálida la oruga permanece inmóvil y sin alimentarse, mientras ocurre la metamorfosis que mediante una reorganización morfológica y fisiológica, la convierte en una mariposa. La metamorfosis que ocurre al interior de una crisálida es, indudablemente, uno de los fenómenos naturales más dramáticos y espectaculares que existen. Durante todo el proceso, la mayoría de las crisálidas de mariposa se cuelgan desde lo alto de un pedúnculo sedoso producido por la oruga llamado cremáster. Cuando el insecto ya está maduro, se produce la eclosión y emerge rompiendo el capullo protector.
Otro eje que atraviesa esta obra es el de la visibilidad, la exposición de un momento íntimo, visceral. La estructura de alambre permite ver, el afuera y el adentro, la relación continente contenido es ambigua, no hay intimidad en este nacimiento, tal como es frecuente en nuestro contexto cultural, ya que comúnmente las mujeres damos a luz en una sala de un hospital, en presencia de un grupo de personas. El niño/oruga silenciosamente irrumpe en el espacio, hacia el vacío cargado de interrogantes… ¿alguien lo recibirá??